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De lun a vie : 10h-18h
Por fin ha llegado el momento esperado: ¡embarcáis en vuestro primer crucero! A continuación os damos algunos consejos para que incluso a bordo de un gran transatlántico os sintáis como en casa.
Sea cual sea el destino, cualquier crucero empieza en la Terminal de embarque, donde os aconsejamos llegar con tiempo. Allí verificarán vuestros billetes y documentos de identidad, y facturarán todas las maletas debidamente etiquetadas con vuestro número de camarote, lugar donde las encontraréis más tarde. Tan sólo conservaréis vuestro bolso con el pasaporte, los documentos de viaje y seguros así como un certificado médico en caso de sufrir alguna patología particular.
Primeros pasos a bordo
Tal y como la tradición lo dicta, vuestros primeros pasos sobre el barco quedarán inmortalizados por un fotógrafo. Un miembro de la tripulación os conducirá después a vuestro camarote: no se trata de ningún lujo, ¡podréis constatar con vuestros propios ojos que las distancias del barco son sorprendentemente largas!
La azafata o azafato aprovechará este momento para entregaros vuestra tarjeta electrónica personal: un pase fundamental para la vida a bordo de vuestro crucero que os servirá durante todo el viaje. Una vez activada, esta tarjeta os permitirá abrir la puerta de vuestro camarote o identificaros cuando salgáis del transatlántico, además de utilizarla para pagar todos los extras a bordo, ya que por razones de seguridad la mayor parte de las compañías no autorizan la circulación de dinero en efectivo.
Normalmente, el ritual de seguridad se realiza antes de que zarpe el barco. Siete trompetazos cortos y uno más largo, sirenas... ¡es la señal de alarma! Preséntate con tu salvavidas al puesto de seguridad más cercano. Es el momento de verificar si sabes abrocharte correctamente el chaleco salvavidas y de establecer contacto con tus vecinos de camarote...
Listos para zarpar
Por fin zarpa el barco! Relajaos, a partir de este momento los miembros de la tripulación se encargarán de todo. Nada más salir del puerto estáis invitados a un cóctel de bienvenida ofrecido por el comandante. Es el primero de una larga serie: las comidas y tentempiés forman parte de la gran tradición de los transatlánticos... innumerables oportunidades de conocer gente nueva y por qué no de hacer nuevas amistades.
A bordo todo está permitido y nada es obligatorio. Libre de participar o no en la amplia oferta de animaciones y espectáculos propuestos o para aprovechar o no los servicios y las escalas, en vuestro camarote encontraréis el folleto de información de la compañía, que os indicará las actividades propuestas cada día. Si las visitas guiadas no os tientan, podréis salir solos a la aventura, siempre que llevéis encima vuestra tarjeta de embarque. En la oficina de información encontraréis a vuestra disposición un servicio limitado de cambio de moneda para todos vuestros gastos en tierra.
El final del crucero llega siempre demasiado deprisa, y con él la "gala de despedida". Antes de abandonar el barco no olvidéis recuperar vuestro pasaporte y liquidar vuestros extras. No olvidéis las tasas de servicio para el personal si no se encuentran ya incluidas en la prestación, entre unos 5 y 8 euros por día y por persona. ¡Una vez descubráis el placer de salir en crucero no os podréis resistir a sus encantos!
Si habéis olvidado alguna de estas cosas no os preocupéis, a bordo tenéis a vuestra disposición una gran variedad de tiendas donde encontraréis todo lo que necesitéis: ropa, productos de belleza, perfumes...
