Escala Split

Ciudad de arte y cultura, Split la croata no deja nunca de deslumbrar a los visitantes. Empezad la visita en el centro histórico de la ciudad, situado carismáticamente en el gran palacio del emperador romano Diocleciano , declarado Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde 1979. Aquí cohabitan los edificios más bellos de la ciudad: ruinas romanas y medievales, iglesias, torres y palacios renacentistas o art nouveau. Haced una parada en la Plaza Brace Radic y en la Plaza Narodni. Os aconsejamos ver: el Palacio Milesi, el Museo Etnográfico , el Palacio Karepic, la Casa Nakic, la Capilla de Arnir, la estatua del poeta Marko Marulic y la galería Mestrovic.

En la colina de Marjan encontraréis muchos restaurantes donde disfrutar de auténticos platos dálmatas. Os servirán especialidades regionales con influencias austro-húngaras, como el estofado de pulpo, el guiso de pescado y la gregada. Probad también el sirni, un queso fresco aromatizado con hierbas o pimientos, que se vende en los mercados locales. De postre, degustad los savijače y otros pasteles de crema (kremšnite). Os aconsejamos probar: la pašticada dálmata, el puré de berenjenas y de pimientos (ajvar), las tortas perfumadas de Vis, Forska y Komiža, la crema catalana local (rožata) y un vaso de smutica.

Split es una ciudad donde se vive muy bien. Principal punto de partida hacia las numerosas islas de la costa dálmata, su puerto marca el ritmo de la ciudad. El paseo marítimo, Riva, está lleno de terrazas ideales para relajarse después de visitar la cala de Baèvice. Split es también una ciudad festiva. Encontraréis numerosos cafés y restaurantes de lujo donde salir de fiesta en el centro de la ciudad o en elpaseo de Baèvice, donde se organizan regularmente conciertos y otros eventos. Os aconsejamos: salir de excursión a Trogir y Makarska, en la Riviera croata o visitar Salona, la antigua capital dálmata, dar un paseo por la calle peatonal de Marmontova y bañaros en las cascadas de Krka.