Día 2
Tesalónica
Llegada : 10:00
-
Salida : 19:00
Tesalónica ha sido desde siempre una ciudad entre dos mundos: el de Roma y el de Constantinopla. Cuatro avenidas atraviesan la ciudad de este a oeste: la avenida Nikkis que bordea las orillas, Tsimiski , una avenida llena de bancos y sedes sociales, la Via Egnatia , la vía romana que unía las dos capitales rivales y sobre la que encontramos el mercado Vlali y el Mokiano con sus ouzeri, donde los hijos de Ulises brindaron con los marineros de Hamburgo y de Odessa, y finalmente la Agiou Dimitriou , donde se erige la iglesia San Dimitrio, el antiguo guerrero y jefe de la ciudad. En el 1917, el incendio que arrasó la ciudad hizo aparecer una misteriosa cripta y las bañeras donde Dimitrio habría sido martirizado. La Bastilla turca local recorre en seis pisos la historia de Tesalónica y desde lo alto de la torre tenemos una impresionante vista sobre la ciudad. Alrededor de la plateia Morihovou se extiende el casco antiguo, con los antiguos prostíbulos y las fumerías de hachís, completamente restauradas y reemplazadas por bares de moda donde la noche vibra al ritmo del rebetiko, la música típica de Tesalónica. En el interior de las murallas se entrelazan pintorescas escaleras y fachadas agrietadas: olores de acacia y de hollín y algunas iglesias que roncan en este nido de gatos... y, en la cima de la colina, el Eptapurgio, tambien conocido como las Siete Torres, se impone sobre la ciudad.