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Barcelona, ciudad de las Olimpiadas de 1992, es una de las ciudades con más encanto del Mediterráneo. Ciudad modernista, podréis visitar La Sagrada Familia, el Parc Güell y la Casa Batlló de Gaudí. Bajar por el Paseo de Gracia hasta el Puerto pasando por Las Ramblas, con sus famosas esculturas vivientes, será toda una aventura. No os podéis perder las vistas desde Montjuic y el teleférico, ni el espectáculo musical de fuentes de la Plaça Espanya. Quedaréis rápidamente atrapados por el ambiente cosmopolita de Barcelona: encontraréis una infinidad de conciertos y exposiciones al ser una de las capitales actuales de la cultura.
Para los amantes del fútbol, el Camp Nou y el museo del Barça son una visita obligada, así como la Avenida Diagonal lo será para los amantes de las compras.
La vida nocturna barcelonesa no os decepcionará: encontraréis numerosos bares y discotecas de moda. Si no queréis marcharos sin gustar la gastronomía catalana podéis dirigiros directamente al barrio de La Barceloneta, cerca del Puerto, donde podréis degustar todo tipo de tapas, paellas y mariscos. Os aconsejamos perderos por las callejuelas del Raval y del Barrio Gótico y pasear tranquilamente por la playa hasta el Puerto Olímpico: ¡ya veréis como esta ciudad dejará huella en vuestra memoria!
Marsella es una ciudad del sureste de Francia bañada por el Mar Mediterráneo y rodeada por los macizos de l'Etoile y de Garlaban. Es el primer puerto de Francia y la segunda ciudad de Francia en términos de población. Es la implantación urbana más antigua de Francia, ya que fue fundada en el año 600 a. C. por marineros griegos originarios de Asia Menor, que la llamaron ?Massalia?.
El Pastís (Anís típico de Francia), la petanca y el jabón son algunos de los clichés que han formado la reputación de Marsella. Ciudad madre del Olympique de Marseille, uno de los clubes de fútbol más famosos de Francia, Marsella es una gran metrópolis multicultural. Os aconsejamos visitar el Museo de la Vieille Charité, el Palacio Longchamp, el Palais du Pharo y La Maison Diamantée. No podéis marcharos sin visitar sus playas, calas y las maravillosas Islas de Frioul.
Palma, ciudad principal de la isla de Mallorca, es la capital de la comunidad autónoma de las Islas Baleares. Cuenta con la mitad de la población total de las Baleares y está situada en la costa sur de la isla, en la bahía de Palma. La ciudad prosperó durante los siglos XIII y XIV al ser la capital de verano del reino de Mallorca, que en esa época formaba parte de la corona de Aragón. Gran parte de sus edificios históricos más importantes nos muestran las características del estilo árabe y catalán, como el Palau de la Almudaina.
Durante la temporada alta, la playa de Palma y el paseo marítimo son los centros turísticos por excelencia. Perdeos por las calles de esta animada ciudad balear y descubrid la maravillosa Catedral de Palma, la Plaça de Cort y la Rambla, corazón de la ciudad, siempre animada y llena de gente. Algunos de los platos más populares son el frit mallorquí, una fritura de hígado con patatas y pimientos y el arròs brut, un arroz caldoso, así como el pà amb oli con embutidos como la sobrasada. El dulce por excelencia es la ensaimada.
El archipiélago de Cabrera, aunque se encuentra lejos de Palma está considerado como parte del municipio.
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Barcelona, ciudad de las Olimpiadas de 1992, es una de las ciudades con más encanto del Mediterráneo. Ciudad modernista, podréis visitar La Sagrada Familia, el Parc Güell y la Casa Batlló de Gaudí. Bajar por el Paseo de Gracia hasta el Puerto pasando por Las Ramblas, con sus famosas esculturas vivientes, será toda una aventura. No os podéis perder las vistas desde Montjuic y el teleférico, ni el espectáculo musical de fuentes de la Plaça Espanya. Quedaréis rápidamente atrapados por el ambiente cosmopolita de Barcelona: encontraréis una infinidad de conciertos y exposiciones al ser una de las capitales actuales de la cultura.
Para los amantes del fútbol, el Camp Nou y el museo del Barça son una visita obligada, así como la Avenida Diagonal lo será para los amantes de las compras.
La vida nocturna barcelonesa no os decepcionará: encontraréis numerosos bares y discotecas de moda. Si no queréis marcharos sin gustar la gastronomía catalana podéis dirigiros directamente al barrio de La Barceloneta, cerca del Puerto, donde podréis degustar todo tipo de tapas, paellas y mariscos. Os aconsejamos perderos por las callejuelas del Raval y del Barrio Gótico y pasear tranquilamente por la playa hasta el Puerto Olímpico: ¡ya veréis como esta ciudad dejará huella en vuestra memoria!